Los discursos parlamentarios de Práxedes Mateo-Sagasta

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Legislatura: 1876-1877 (Cortes de 1876 a 1879)
Sesión: 12 de diciembre de 1876
Cámara: Congreso de los Diputados
Discurso / Réplica: Discurso
Número y páginas del Diario de Sesiones: 144, 3980-3981
Tema: Horas de sesión

El Sr. SAGASTA: Pido la palabra.

El Sr. VICEPRESIDENTE (Elduayen): La tiene V. S.

El Sr. SAGASTA: El Sr. Presidente del Consejo de Ministros dice que cediendo nosotros parte de nuestro derecho, no comprende la razón que tenemos para no cederlo todo, y una vez que dejamos las preguntas e interpelaciones para el sábado, no comprende por qué no dejamos también las proposiciones. Pues yo creo que esto no lo quiere comprender S. S.; S. S. es demasiado perspicaz para comprenderlo; las preguntas y las interpelaciones se refieren a la inspección y a la vigilancia de los actos del Gobierno, mientras que las proposiciones de ley se refieren a la iniciativa de las leyes, que deben tener los Diputados. ¿Y sabe S. S. por qué no tenemos inconveniente en que se dejen para el sábado las preguntas y las interpelaciones? Porque de cualquier modo, Sr. Presidente del Consejo de Ministros, depende del Gobierno dar o no contestación a esas preguntas e interpelaciones; y como desde luego vienen limitadas por la voluntad del Gobierno, nosotros preferimos que venga la limitación por acuerdo del Parlamento, que no por la voluntad del Gobierno. Pero esto no sucede en las proposiciones de ley ni en las proposiciones incidentales, en las cuales ni el Gobierno ni nadie puede oponerse a nuestro derecho, ni coartar en manera alguna nuestra iniciativa. ¿Ha comprendido ya el Sr. Presidente del Consejo de Ministros, que es tan experto, la diferencia que hay de derecho a derecho?

Yo insisto en que no hay necesidad de faltar al Reglamento; cuando hay necesidad de hacerlo en pro de intereses más altos, todos ejecutamos actos de patriotismo; pero cuando no hay necesidad, es un crimen saltar por encima de él, porque es dar lugar a que nadie respete aquí nada. ¿Qué inconveniente hay en que dentro de los límites del Reglamento podamos hacer todo lo que S. S. quiera? ¡Si tenemos más prisa que S. S. en discutir los trabajos pendientes! Por de pronto, Sr. Presidente del Consejo, a estas horas, si no hubiera venido esta proposición, podía estar concluida la ley de reem- [3980] plazo y podría cumplirse el deseo de que se terminara antes de Pascuas, que no sé qué tienen de particular para que hayan de servir de principio, de mojón parlamentario, de interregno parlamentario. Pues en todas las épocas en que las Cortes han estado reunidas por Navidad, cuando más lo que se ha hecho es suspender por cuatro o seis días las sesiones. ¿Qué tienen de particular estas Pascuas? ¿Es que van a ser Pascuas ministeriales, en vez de Pascuas de Navidad? (Risas.)

Yo quiero, Sr. Presidente, ya que V. S. me hace indicaciones que respeto, y por consiguiente voy a sentarme, yo quiero para que el Sr. Presidente modifique su pregunta, que se haga cargo de las palabras del Sr. Presidente del Consejo de Ministros. No nos oponemos a la propuesta; lo que queremos es que S. S. elija una fórmula dentro del Reglamento donde quepamos todos, y la discutiremos, porque no queremos hacer una oposición sistemática; queremos, sí hacer una oposición, resuelta y enérgica, como ese Gobierno merece, pero leal y franca dentro de la ley y del Reglamento.



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